El Melasma o paño, como se conoce más comúnmente, se caracteriza por la presencia de manchas de color café claro, oscuro o grisáceo de contorno irregular y límites difusos en diferentes áreas de la cara; como frente, mejillas, nariz, labio superior y mentón.

Este padecimiento se presenta con mayor frecuencia en el género femenino pues afecta a nueve mujeres por cada hombre debido a que entre los factores desencadenantes se encuentra la exposición a la luz solar, el embarazo (en un 50-70% con involución después del parto en las dos terceras partes), uso de anticonceptivos o durante la terapia hormonal sustitutiva en menopausia.

Los léntigos o mejor conocidos como “manchas por la edad”, son manchas de color marrón de bordes y coloración regular, que aparecen en la piel fotodañada, aquella que ha acumulado una exposición solar durante muchos años de forma intermitente. Es característico que aparezcan en cara y dorso de las manos.

En la actualidad, se cuenta con diversos tratamientos como despigmentantes tópicos y procedimientos como las quimioexfoliaciones (peelings) superficiales seriadas, luz pulsada intensa o tratamientos con láser.

Los dermatooncólogos son los especialistas en evaluar cualquier cambio en la pigmentación de la piel que pueda desarrollar un
cáncer de piel.

Es importante acudir con un dermatólogo en caso de presentar manchas, “lunares” nuevos o lesiones que no cicatrizan.